Nacido en Mercedes (Provincia de Buenos Aires) en 1911 Rapela publicó sus primeros trabajos hacia 1935 en las revistas Pololo y Mustafá en las cuales realizó títulos como “El Tesoro de la Reina de Saba”, “Rin-Tin.Tin”, “La vuelta al mundo sin dinero” y también algunas historias de temática nacional que transcurrían en el norte del país. Con posterioridad pasa a colaborar en en la revista El Tony, donde además de historietas de distinto tipo dibuja en 1936 “El Puñal de los gauchos”, título premonitorio de lo que será el rasgo definitorio de su futura carrera, una vocación que se consolida en 1939 cuando en el diario La Razón aparece “Cirilo el Audaz”, considerada la primera historieta gauchesca publicada en el país.
Siempre vinculado a Columba, el lanzamiento en 1945 de la revista “Intervalo” por parte de dicha empresa le brindará a Rapela la posibilidad de lucir sus habilidades para la recreación histórica a través de centenares de adaptaciones de famosas obras de la literatura mundial, tanto nacionales como extranjeras. Paralelamente a la historieta, Rapela tuvo una destacada actuación como ilustrador, contándose en ese rubro su trabajo para el libro “Antiguas y modernas supersticiones del Río dela Plata”, en 1948, y una serie de almanaques realizados entre 1946 y 1955 para las empresas Standard Oil, General Motors y Legión Extranjera.
En 1955 comienza a publicarse en Patoruzito el segundo de sus personajes gauchescos: “El Huinca”. En 1957 con guión de Guillermo Durán dibuja “Hormiga Negra” en la revista Fantasia y colabora en el segundo número de la recién aparecida D’Artagnan, mientras que un año después suma un nuevo título a su galería de personajes, en este caso “Cirilo El Argentino”, publicado inicialmente en la revistas Patrulla y luego en Impacto y Personajes. Esta última era editada por Syndipress Publicaciones que para la misma época lanza un trabajo de Rapela titulado Cosas de nuestra tierra gaucha, en la cual el autor sistematiza sus profundos conocimientos acerca del hombre de campo, sus costumbres y sus oficios.
Alejado de las revistas de Columba -o al menos muy espaciadas sus colaboraciones a medida que avanza la década del sesenta-, Rapela da vida a fines de esos años a “Fabian Leyes”, publicado en “La Prensa”. Dicho personaje y “El Huinca” darán sus nombres a sendas revistas que comienzan a aparecer en 1968 editadas por Cielosur y dirigidas por el mismo Rapela, en las cuales se publicaban las referidas series como así también historietas basadas en hechos históricos, costumbres y leyendas de nuestro país. Enrique Rapela falleció en 1978 dejando detrás de sí una vastísima obra y ostentando el más que merecido título de fundador de la historieta gauchesca a través de sus recordados personajes