ALVAREZ, Julio

   Emparentado con dos grandes figuras del dibujo argentino -Eduardo Alvarez y José María Cao Luaces-,  no es extraño que Julio Alvarez haya elegido en su juventud el camino de Bellas Artes, estudios que realizó junto a su gran amigo Carlos Casalla. Ya en tren de iniciar su carrera profesional, a fines de 1951 se presenta en Editorial Abril donde logra pasar las primeras pruebas pero luego su falta de experiencia le impide cumplir con los plazos de entrega del material, ante lo cual se vuelca a la realización de guiones  teniendo como maestro a Julio Portas.

   Promediando la década del cincuenta Julio Alvarez Cao logra por fin convertirse en dibujante de historietas realizando distintas adaptaciones en Intervalo, en uno de cuyos álbumes de 1954 se publica una historieta titulada “El medallón del séptimo Iman” que aparece firmado por “Percy Eakins” y cuyo estilo es muy similar al que utilizará Alvarez cuando a partir de 1957 comience a realizar en D’Artagnan una serie de historietas de tema deportivo escritas por  Roberto Valenti.

      A su labor en Columba suma luego sus trabajos en Editorial Lainez, para la cual realiza “Capitán Rick” y “Rio Kid” en Puño Fuerte. El lanzamiento en 1959 de la revista Impacto  le da a Julio Alvarez (así firmó durante toda su etapa de dibujante) la posibilidad de realizar sobre guiones propios “Crimen Club” y “Billy Brandy”, varios de cuyos episodios estuvieron dedicados a un tema que lo apasionaba, “su gran metejón” como confiesa en una nota publicada en  Superhumor: el de los cangaceiros, los bandidos rurales del Nordeste brasileño.

      Otro de sus trabajos de aquellos años fue “Sargento Tommy” para Editorial Bruguera aunque el grueso de su producción tenía como destino las revistas de Columba, donde a manera de ejemplo pueden citarse los títulos de historias unitarias  como “Los patines de hielo, o “Guerra secreta”, bélica y de espionaje respectivamente. A ello hay que sumar que, cuando la carga de trabajo le impedía a Carlos Casalla cumplir con todos sus compromisos, era Julio Alvarez Cao el encargado de dibujar “Cabo Savino”, esto por supuesto antes de que Casalla le vendiera a Columba los derechos del citado personaje, a inicios de los setenta.

             La etapa de dibujante de Julio Alvarez  se cierra a inicios de los años sesenta  cuando vuelve a su primer oficio en la historieta, el de guionista, ciclo en el cual aportará obras como “Capitán Camacho”, “Historias de un porteño viejo”, “Pier el Corso”, episodios de «Cabo Savino», la magnífica  “Pehuén Curá” (la dibujada por Arancio) o “Carbajo, Ganzúa y Cía” entre muchas otras, trabajos que firmó como Julio Alvarez Cao y con distintos seudónimos, entre ellos “Roque Guinart”, forjando una trayectoria tan destacada y prolongada en ese campo que quizás muchos hayan olvidado (y otros directamente ignoren) su etapa como dibujante.