CLÉMEN, Carlos Alberto

 clemen-deza   Considerado en forma indiscutida como uno de los iniciadores de la historieta en nuestro país, Carlos Clémen se destacó además de su talento para el género por su enorme capacidad de trabajo, evidenciada especialmente durante su paso por la revista Figuritas donde llegó a publicar más de una decena de páginas por número, incluyendo en ese trabajo tanto historietas de su creación como temas didácticos que ofrecía la citada publicación, que valga aclararlo, aparecía semanalmente.
  Para la época en que comienza a trabajar en Figuritas -revista para escolares aparecida a mediados de 1936- Clémen acreditaba casi un lustro de actividad profesional desarrollada en las revistas El Purrete, Pololo, Mustafá y Barrilete, en las cuales a partir de 1932 dibujó personajes tales como “Pulgarcito”, “Barrilete y los suyos”, “Don Cirilo Blanco”, “Las graciosas aventuras de Chiquín”, “El comisario Piolita y su ratón” ó “Pipiolo”, todos obviamente de carácter humorístico, y en Pololo viñetas para los folletines que allí se publicaban.
  En 1933, a los veinte años de edad Clémen (nacido Carlos Alfredo Pérez Clémen) se inicia en la historieta seria. “La ciudad perdida” “El detective Paul Vernet”, “Los tentáculos del pulpo”, “Dick y los piratas amarillos” y “La herencia del pirata” son algunas de las producciones de ese período inicial que lo muestran aún con un dibujo muy poco consistente. Vendrá luego la ya mencionada etapa en la revista Figuritas donde -junto con personajes humorísticos como “Carpincho” y “Pepe Bujía”- realiza sobre guión propio casi una decena de títulos entre los que pueden mencionarse “El imperio submarino” , “La estrella polar” , “El tesoro del muerto”, “Urania” y “Pawne Bill”, trabajos en las cuales despunta ya su personal estilo de dibujo.
  En 1938 publica en el diario Notícias Gráficas la serie “Erick Jackson” y a partir de 1940 a favor del auge que comienzan a tener las revistas de historietas será sucesivamente colaborador de Pif-Paf , Patoruzito, Intervalo y Aventuras; en las dos ultimas realizó adaptaciones de novelas y de películas y en Patoruzito “Mitzy y Volatín”, sobre un guión propio. A esa nómina de publicaciones debe agregarse El Gráfico, realizando viñetas sobre temas deportivos.
   No conforme con toda esa actividad Clémen inicia a fines de los años cuarenta e inicios del cincuenta dos nuevos emprendimientos: la edición de revistas (que comienza con SuspensoFilmograf) y la enseñanza de dibujo de historietas en su propio instituto. por el cual pasaron entre otros José María Del Bó, César Spadari, Francisco Mazza y Juan Zanotto.
    Sabido es lo que significaron para la historieta argentina los años ’50 y obviamente quien había sido uno de sus más incansables trabajadores no podía estar ausente. Con guión de Jasca dibuja “Carlitos el pegador” en La Revista del Superhombre (1951), “Carnac” en Poncho Negro, “La Conquista del Desierto” y “Mas Allá de Zanzíbar” en Billiken, adaptaciones en Pimpinela y también para revistas de Editorial Codex dibuja “Travis y su circo del aire”, “Robert Ax, médico del siglo XXX” y “Lars of Mars” (Supertorieta, 1955). Su firma igualmente aparece en trabajos publicados en Dragón Blanco (1955), El Tony semanal en 1958 y en Bandera Negra, revista de historietas editada en Uruguay para la cual realiza “Barracuda” en 1959.
    También desde inicios de los cincuenta Carlos Clémen intensifica su actividad como editor a través del sello CLEDA, cuya producción abarcó casi una veintena de títulos entre los cuales sobresalen Fargo Kid, Trinchera y Corso Pete, revistas en las cuales publicaron sus primeros trabajos Jesús Balbi, Ricardo Villagrán, José Miguel Heredia y Juan Arancio.
   Los difíciles años sesenta lo encuentran siempre firme sobre el tablero aunque obviamente en un mercado laboral reducido. Seguía colaborando en las revistas de Columba cuando la muerte lo sorprendió en 1964, cumpliendo tres décadas y media de labor profesional. Con él se fueron también Paul Corydon, José Llanos, John Coleman, Big Boy, Arturo D’Esa y Victor Amatos, esos múltiples alter egos suyos junto con los cuales a lo largo de treinta año edificó un vasto mundo de fantasías y aventuras.